Cuando oyes hablar de Aerotermia, se están refiriendo a una tecnología de energía renovable que aprovecha el aire como fuente energética para la climatización del hogar. Estos aparatos de última generación funcionan como una bomba de calor tradicional. Tienen el añadido de poder ofrecer calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente todo el año.
Cómo funciona la aerotermia
Esta energía renovable se produce a través de bombas de calor de alta eficiencia energética. A través de las cuales se extrae hasta un 77% de la energía térmica que contiene el aire y, mediante un proceso termodinámico que utiliza gas refrigerante, se transfiere como climatización o agua caliente. De esta forma, consiguen ahorrar en el gasto energético de nuestra factura. Además, es sostenible porque reduce las emisiones de CO2 eso sí, sin renunciar al confort del hogar.
Estos aparatos son capaces de transformar una unidad de energía eléctrica en cuatro o más unidades de energía de calefacción. Por esta capacidad de transformación son consideradas de alta eficiencia. E incluso, con temperaturas exteriores bajas, garantizan su alto rendimiento.
El ahorro en la factura energética no es la única ventaja que nos ofrecen estos dispositivos. Sus costes de mantenimiento son prácticamente nulos, como si de un electrodoméstico más se tratase. Por otro lado, no son necesarias revisiones periódicas. Además sumamos que son 100% compatibles con splits, suelo radiante o radiadores de baja temperatura. En cuanto a su instalación esta es muy sencilla, se enchufan a la red eléctrica y se componen de una unidad interior (en sustitución de la caldera), otra exterior (como en el caso de una bomba de calor tradicional) y de un depósito de agua.
Como desventaja respecto a la instalación de una caldera, está la inversión inicial que es mayor pero que se ve recompensada con el ahorro en el consumo.
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